Ministril

Palabra que no encierra interés en cuanto a su significado, aun cuando su uso no es corriente en el lenguaje actual. Pero su historia, recogida entre otros autores por J. M. Millán, tiene interés por su recorrido y por sus derivados. En el capítulo x, “Maestros, maestres y ministeriles”, dice: “ministros, en la Roma clásica, era el nombre de los criados, y su oficio, ministrare; de donde deriva el nombre de una sopa muy popular: minestrone. De los criados del comedor, minister, ministrum, se extendió para designar a los demás sirvientes cercanos, en especial a los de condición libre, hasta llegar a “consejero”, pero siempre con carácter subalterno. A los funcionarios públicos los llamaron magistrados. Cicerón habla de los ministros o auxiliares de las leyes. De su adjetivo ministeriales salió menestrales, que eran los sirvientes personales del señor. Hubo entonces también ministriles en el norte de Francia y la Inglaterra normanda (…). Estos eran aquellos poetas músicos que iban por los caminos, de castillo en castillo, ganándose la pitanza, y muy a menudo los corazones femeninos, con canciones de amores y de aventuras, compuestas por ellos mismos, y acompañamiento de laúd, también de su invención. En el sur de Francia (…) y en el norte de Italia, eran los “trovadores” distintos de los “troveros”, los cuales cantaban poemas heroicos. Su nombre español fue “juglares” y esa poesía de raigambre popular que cantaban se llamó (…) “mester de juglaría”, en oposición al “mester de clerecía” (…). Esta palabra mester significaba simplemente ‘oficio’, ‘ocupación’, y no era sino síncopa galaico portuguesa de ministril. // De menester, forma castellana popular de ministerium, ‘servicio’, ‘oficio’, ‘trabajo’. Pero ya por los tiempos de la guerra de los Treinta Años (…), los ministros de los reyes, sin dejar de ser subalternos, se vuelven pomposos personajes (…), y además se aplica el título a los enviados diplomáticos (vp 1955).

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